No hay duda de que la llegada de un cachorro y adoptarlo como uno más de la familia es motivo de alegría y más aun si hay niños en casa. Tener una mascota aporta muchos beneficios tanto a adultos como a los más pequeños, de hecho, está demostrado que ayuda a un correcto desarrollo emocional en niños, ayuda a sentirnos más animados y tiene un efecto positivo en personas convalecientes y mayores. A cambio de estos beneficios nosotros les proporcionamos cariño y le damos un hogar donde puedan sentirse queridos y seguros.
Todos deberíamos saber lo que significa tener a nuestro cargo a un perro o gato, aunque también se puede aplicar a cualquier otro ser vivo que adoptemos como mascota. Y una mascota no es un animal con el que podemos hacer lo que queramos; la palabra mascota es una palabra que debemos usar para referirnos a nuestro compañero, al nuevo miembro de la familia que implica responsabilidad, afecto y reciprocidad entre otras muchas cosas y así es como debemos entender lo que es tener una mascota.
Todos recordamos campañas publicitarias para luchar contra el abandono y aunque es cierto que en la actualidad hay muchos menos, hay personas que después de un tiempo deciden deshacerse de su mascota porque ya no les divierte, no quieren asumir la responsabilidad o simplemente no tienen un arraigo afectivo que les haga entender lo que significa tener un animal a su cargo, ya que cuando adoptamos a un animal tenemos la responsabilidad de cuidarlo y protegerlo durante toda su vida. Esto que parece obvio, no siempre se cumple y muchas veces no se tiene en cuenta que nuestro perro o gato además de para jugar o para que se acurruque a nuestro lado tiene ciertas necesidades, como paseos en el caso del perro o sus rutinas y costumbres en el caso del gato. Además, necesitan de cuidados veterinarios que no solo por su coste, sino por la periodicidad necesaria, conlleva un grado de compromiso importante que no todas las personas son capaces de asumir.
Cuando decidamos regalar a nuestro hijo o hija una mascota, debemos hacerle entender la responsabilidad que representa y deben saber que no es un juguete y que es parte de la familia, un ser con sentimientos al cual hay que cuidar y querer y que no se quede en un capricho pasajero que al final acabe siendo una obligación más para los padres que aceptan con resignación o simplemente decidan regalarlo a algún “conocido” con el consiguiente trauma para el animal y que además, no siempre garantiza su bienestar.
Pero como siempre hay que pensar en positivo y tener un animal en casa compensa todas las “obligaciones” que podamos tener… una casa con mascotas debe ser un hogar con alegría, donde el cariño y el afecto se respire en cada rincón, donde un duro día de trabajo no pese tanto porque al volver a casa ahí está esa carita mirándonos y recibiéndonos con esa alegría y cariño que solo nuestras mascotas saben darnos. Estos momentos son los que realmente consiguen que por un rato dejemos a un lado las preocupaciones y simplemente disfrutemos de esa complicidad comprobando que una simple caricia nuestra representa un gran premio para nuestro amigo.